miércoles, marzo 05, 2008

Sympathy for Mr/Lady Vengeance

Para entender una idea tan peliaguda como la venganza no hace falta encerrarse en enciclopedias ni diccionarios que en ocasiones ofrecen una mas que dudosa ayuda, mas bien hay que realizar un breve proceso introspectivo para analizar de donde surge un deseo tan íntimamente ligado con la violencia, convirtiéndose en un coetáneo justificado o no de la necesidad de matar. Los resortes que promueven la violencia se pueden hallar perfectamente en la propia esencia del individuo humano, en el carácter animal de la especie, partiendo del principio de la supervivencia. Por tanto... si tomamos como correcta la afirmación planteada (por supuesto puedo estar equivocado), la violencia no es mas que la consecuencia lógica del instinto de supervivencia que caracteriza a toda especie viva, un afán desmedido de protegerse así mismo y lo que aprecia y posee. Al margen de cuestiones éticas y morales. Por que si entramos en disquisiciones morales, perfectamente nos puede parecer irracional la existencia de la violencia, pero no estamos hablando de moralidad, sino de la naturaleza intrínseca de nuestra y de cualquier especie, en tanto que corresponde a una naturaleza salvaje que forma parte de las leyes naturales que gobiernan la propia existencia, el propio SER.
Pero la venganza está mas que condicionada por las leyes biológicas, entran en juego factores afectivos y sociales, entra en pie de guerra la configuración de una sociedad imperfecta, llena de lagunas, creada a imagen y semejanza de su creador, el ser imperfecto por antonomasia. ¿Qué es la venganza?, la necesidad de explotar nuestra ira ante un suceso que nos causa un terrible impacto. Dos pueden ser los motivos: La furia que nos desborda y que nos hace volver a nuestra base mas animal, perdiendo cualquier capacidad de raciocinio, y la ausencia de un sistema judicial que nos asegure, dará buena cuenta de aquello que tanto dolor nos ha causado, aún sabiendo que la venganza, la justicia y cualquier otro medio alternativo, no nos devolverá aquello que hemos perdido. No seré yo quien entre a juzgar lo que es moralmente rechazable o no, no pienso justificar ni dejar de justificar algo que todos podemos sentir en momentos puntuales, pero estoy convencido que todos, en una situación extrema, estaremos en disposición de plantearnos algo semejante, llevarlo a cabo o no depende exclusivamente de cada uno. ¿Estoy equivocándome?, puede ser, y es posible que pudiéramos debatir durante largas horas sobre los aspectos reseñados, y sería lo interesante de todo esto, porque tampoco quiero dedicarle mas tiempo a ello en estos momentos, pues la idea de esta entrada es hablar de la venganza en el cine.
Siempre he considerado que el único realizador que ha captado realmente la mas pura esencia de la venganza ha sido el alemán Fritz Lang, desde sus primeras hasta sus ultimas obras ha captado como nadie el mensaje. ¿Puede que le afectara de sobremanera que su exmujer perteneciera al partido nazi?, solo el lo sabía. Lo que no cabe duda es que Lang mostró diferentes aspectos de la venganza en cada una de sus películas que tenían un nexo en común, la injusticia social. En Metrópolis, película clave de la ciencia ficción, hablamos de la venganza de una sociedad oprimida, cercana en teorias y claves a la obra de Ortega y Gasset La rebelión de las masas, en M, el vampiro de Dusselhorf volvemos a encontrarnos con la idea de la venganza de toda una sociedad contra un asesino en serie; En Furia con el implacable Spencer Tracy, da una vuelta de tuerca, y plantea dos venganzas en la misma película, la misma que en las anteriormente citadas y la posterior venganza de un hombre contra todo un pueblo, y no me olvido por supuesto de una de las joyas del cine negro: Los sobornados, un hombre que trabaja para la ley, debe cruzar la fina linea que separa el bien del mal para hacer justicia con las personas que mataron a su familia. Y podriamos seguir y seguir diseccionando brevemente las obras del genial director germano, cuyo eje de su filmografía giraba entorno a una idea ciertamente desconcertante pero con la que perfectamente nos sentimos capaces de empatizar. Cierto es que, rodadas en una época de corrección política y moralidad ambigua, la venganza no terminaba de consumarse (excepto en casos puntuales), dejando inconclusa y con un sabor un tanto agrio todo por lo que han luchado, para reafirmar que la justicia funciona, aunque hoy en dia seamos conscientes de que no es así.
No negaré que la plasmación de la venganza por Lang es bastante unidimensional, limitándose a explorarla superficialmente y a mostrarla con unos limites autoimpuestos. Es por ello que me gustaría citar al que considero su heredero natural: Park Chan Wook. Mucho tiempo a pasado entre uno y otro, muchas películas que intentan con mejores o peores resultados visualizar algo tan extraño, pero es el director coreano el que ha tomado como nadie el testigo huérfano de Lang llevando sus planteamientos hasta el extremo mas radical y rompedor. Su trilogía de la venganza (Sympathy for Mr. Vengeance, Old Boy y Sympathy for Lady Vengeance) supone una ruptura ética en el cine actual, tan moralista e hipócrita que provoca verdaderas ganas de vomitar, tambien debería citar su segmento para el tríptico de 3 Extremes (junto a Fruit Chan y Takashi Miike), aunque Cut, merece por si mismo un análisis muy profundo al intertextualizar la venganza dentro del contexto cinematográfico hasta convertirlo en una especie de código metalingüístico. Tambien la trilogía de la venganza se merece por sí mismo un análisis mas exhaustivo que el que ofrezco, quizás algún dia, quien sabe.

Como indicaba, Wook lleva hasta el extremo los planteamientos de Lang, culmina todo lo que Lang no se atrevía a culminar y explora el propio individuo que pretende llevar a cabo la venganza para que el espectador pueda comprender, e incluso simpatizar con el protagonista. Analiza profunda y profusamente la propia existencia de la venganza, e incluso se atreve a validarla en los contextos que desarrolla creando en el espectador una repulsa justificada de los actos mostrados. Tal es la manera tan rupturista que emplea para dinamitar la moralidad humana que no podemos mas que aceptar que aunque no estemos de acuerdo, los personajes atormentados de sus filmes tienen motivos de peso que nos obligan a aceptar que su venganza tiene razón de ser. Wook lleva la venganza hasta sus ultimas consecuencias, y ese merito nadie se lo va a poder quitar, porque además de hacerlo con estilo, lo hace con buen criterio y conocimiento de un planteamiento que friamente analizado resulta terrorífico.
En La guerra de las galaxias se indicaba que la venganza es el paso al lado oscuro, y no le falta razón, pero... ¿quién es capaz de darle la razón en alguna circunstancia traumática que cargue nuestro ego de ira?, ¿no será que el ser humano vive constantemente en los albores del bien y del mal, conceptos irremediablemente indisolubles?. Mientras pensamos sobre ello, siempre podemos volver a estos dos realizadores capaces de convertir algo tan sordido como la venganza en una necesidad justificada.